Dirección: Andrew Stanton.
País: Estados Unidos.
Año: 2008.
Duración: 98 min.
Género: Animación/Ciencia Ficción/Comedia romántica.
Guión: Andrew Stanton
Música:Thomas Newman
Sinopsis: En el año 2700, tras cientos de solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido -limpiar el planeta- el pequeño robot WALL•E (la abreviatura de Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) descubre una nueva misión en su vida (además de recolectar cosas inservibles) cuando se encuentra con un lustroso robot explorador llamado EVE. Ambos viajarán a lo largo de la galaxia y vivirán una emocionante e inolvidable aventura... (FILMAFFINITY)
'Wall·e' no es una película de animación al uso, ni mucho menos, y esa es su principal ventaja. Con esta última obra maestra de Pixar nos encontramos con un cúmulo de géneros y estilos cinematográficos: 'Wall·e' es un film mudo, una historia de ciencia ficción, una película de aventuras y, sobretodo, es una comedia romántica, puesto que lo más llamativo y maravilloso de la película es la historia de amor que se desarrolla entre Wall·e y Eve, una historia de amor a través de los gestos, que gracias al maravilloso guión y a la cuidada perfección en la animación, consiguen ser más efectivos que las palabras.
Tampoco nos encontramos ante un producto pensado para niños, aunque los niños la disfrutan y se ríen. La mayor parte de la película carece de diálogo, algo que podría ser un lastre para muchos y que, sin embargo, nadie se cuestiona durante la proyección porque la historia que se cuenta y, sobretodo los personajes, logran enganchar al espectador (basta con citar a MO, ese maravilloso robot de limpieza).
A mi parecer, además de esa preciosa y tierna histoira de amor, los personajes son lo mejor de la película y no sería de extrañar que Wall·e sea encumbrado como uno de los robots más geniales de toda la historia del cine o, por lo menos, el que más ha conseguido llegar al corazón de los espectadores (gracias a los más que conseguidos gags que inundan el film).
Sobre la animación de la película todo está dicho a estas alturas, pero añadiremos nuestro granito de arena diciendo que visualmente es perfecta y que su nivel de perfección la convierte en lo mejor de Pixar.
Podemos concluir diciendo que Wall·e es una obra maestra, una película que tiene todas las papeletas para convertirse en un clásico imperecedero de esos que se disfrutan generación tras generación. Por ahora corren los rumores de que, probablemente, consiga estar nominada al Oscar a la mejor película y es que en realidad lo merece, porque este año no han sido muchas las películas americanas que hayan conseguido despertar en quien esto escribe la sensación de haber visto una verdadera joya cinematográfica.
(Federico Calabuig Ramírez)
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